Son tus palabras,
frescas
como el rocío de la
madrugada
que cubre la verde
montaña
dejando sentir su
abrazo y sus caricias
como preámbulo, a la
llegada
de un amanecer
esplendoroso.
Son tus palabras,
que endulzan mi mañana,
como las flores,
el paladar de las abejas,
creando una simiente,
en el deposito de mi alma.
Son tus palabras
Como la imagen,
de una palmera en el desierto
dando aliento a la
vista cansada
y el paladar
sediento.
Ungüento para mi
alma.
son tus palabras.
Hugo Contreras
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