En fragancia de rosas
me llevaste cautivo
por el color del
ocaso seducido.
entre espinas y
enredaderas me dejaste preso,
y descansando en la
promesa de tu regreso,
Viniste en el calor
de mi espera.
Nuevamente el lucir
de tus ojos reposo
en el dintel de mi
alma.
El invierno termino,
se vistió de color mi
primavera;
el rocío adorno los
pétalos
y mi soledad fue
envuelta
por tu compañía para
siempre.
Hugo Contreras
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